¿Conoces la patria de Albinoni?
Venecia es un mundo
diferente.
Si llegas en avión, al Aeropuerto Marco Polo te darás cuenta
enseguida, sobre todo si has elegido ventanilla y en el lado derecho del avión.
Si, como es habitual, aterrizas en el sentido Suroeste-Noreste, durante la fase
final de la aproximación observarás una estampa única en el mundo: la isla de
Venecia a vista de pájaro.
Si llegas por tierra, a través del puente que une la isla
con el continente, la experiencia de abandonar la plaza de Roma andando resulta
similar a cambiar de mundo: atrás se quedan los coches, autobuses y trenes;
ante nosotros, un lugar que solo deja la opción de caminar o subirse en algo
que flote; y lo primero, no siempre.
Si esperas visitar palacios, museos y colecciones de arte,
no es el mejor lugar. Aunque en Venecia hay palacios y arte para hartarse, Italia
está plagada de lugares mejores, desde la incomparable Florencia hasta la
eterna Roma. Si esperas paisajes de ensueño, tampoco es el lugar; la Toscana, Capri,
la Costa Amalfitana o el Lago de Como son opciones que te satisfarán más.
¿Qué tiene Venecia? Es difícil de definir. Puedes intentar
descubrirlo perdiéndote ―en
el sentido literal de la palabra―
por sus calles. Y, ahora, unos lugares que siempre recomiendo:
El restaurante La Caravella. Reserva con tiempo e indica en la reserva que quieres el postre especial de la casa (el suflé amaretto) puesto que tardan un tiempo en hacerlo.
El
café Florían en la Plaza de San Marcos, a la sombra del Campanille, una experiencia única para pasar un rato muy agradable, mientras se escucha música en directo. Si no se quiere pagar el abultado coste de la consumición, se puede disfrutar de la música en la plaza, a una distancia prudencial de las mesas.
Con un cierto toque mitómano, tenemos el
Harry’s bar, muy conocido porque su habitación Concordia fue ocupada por Hemingway en 1949 y 1950. No fue el único rostro conocido; en su libro de firmas figuran, nada más y nada menos, que Truman Capote, Charles Chaplin, Orson Wells y muchos otros. Aún queda parte del glamour de la época y se puede disfrutar de él con un Bellini, el cóctel más típico de Venecia.
Y, ¡cómo no! Reserva un hueco para visitar la Iglesia de San
Bernabé (
Chiesa San Bernaba) o, al
menos, para hacer un alto en el camino en la terraza de la plaza que está
delante de ella. Como curiosidad, esta iglesia apareció en la película
"Indiana Jones y la última cruzada".
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Iglesia de San Bernabé en Venecia fotografiada por Didier
Descouens. |
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